Te ha pasado por la mente, si algún día estuvieras frente a frente de un rey, aunque el tema se puede considerar lejano, más aún si vives en países donde la monarquía no existe.
Pero como en los cuentos, siempre hay una posibilidad de que pueda suceder. Solo recordemos a «Cenicienta» una historia que se ha hecho realidades en varios personajes de las familias reales.
Lo correcto al saludar a cualquier persona es ver a los ojos, y en este caso al saludar a un rey o reina no es la excepción, en el caso de las mujeres se da la mano sin fuerte apretón, solo un sutil toque de palma con palma acompañado de una ligera reverencia al flexionar la pierna izquierda al retrasar un poco la derecha hacia atrás, manteniendo la espalda recta en todo momento. Esto solo se considera como un gesto de amabilidad dando la importancia al personaje. En ocasiones es preferible que si no se domina los movimientos de piernas para hacer la reverencia, se solo un saludo de mano con una pequeña reverencia de cabeza. Esto podría evitar una situación penosa al entorpecer el momento.
En el caso de un varón ocurre de la misma forma con una sola reverencia de cabeza, y el tratamiento al saludo es referirse de la siguiente manera, su majestad, vuestra majestad o simplemente señor, al rey o reina. En el caso de príncipes alteza, o su alteza, señor o señora de la misma forma para infantes o infantas.
A la hora de entablar una conversación después del saludo, se debe evitar el trato de usted, y solo referirse en tercera persona. Tanto el saludo como el diálogo se debe mantener un cierta distancia sin cruzar la barrera del espacio personal.
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