Estocolmo, Suecia. Quien iba a decir que detrás de la letra de la famosa canción de «Dancing Queen», interpretada por el famoso grupo sueco ABBA, encierra una verdadera historia de amor. La letra fue escrita por Benny, Björn, Stig Anderson y Anni-Frid en 1975. Fue inspirada en Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia. Se dice que a principios de los 70s este joven príncipe quedo flechado por una bella joven de nombre Silvia, con quien una noche de discoteca de nombre Kinki, se les vio bailando al centro de la pista, donde la chica joven de belleza única se convertiría una reina del lugar, reina del baile en ese momento y quien diría; años después la reina de su vida, y reina de su país. Existen fotografías de ese momento mágico, testigo de una verdadera historia de amor en la realeza.
Con los años, el joven apuesto príncipe de Suecia, ascendió al trono al morir su abuelo el rey Gustavo VI Adolfo, el 15 de septiembre de 1973. Fue este momento de la historia en el que el joven apuesto rey, tomaría la decisión más feliz de su vida.
La historia de Carlos Gustavo y Silvia Renata Sommerlath de Toledo, inicia durante los juegos Olímpicos celebrados en Minuch en 1972. Cuando ella trabajaba como interprete, y azafata en el comité organizador. Ya que de entonces dominaba seis idiomas incluyendo el castellano. Y cual fue el destino que el joven príncipe acudía a dicho evento deportivo para apoyar a sus compatriotas, y en algún momento se toparon frente a frente. Un amor a primera vista surgió , donde comienza la historia y que al paso del tiempo tuvieron que mantener en secreto por algunos años, fue el 19 de junio de 1976 que unieron sus vidas en matrimonio en la Catedral de San Nicolás y el palacio real de Estocolmo, tras la muerte de su abuelo. Pues antes el no hubiera permitido que el príncipe se casara con una plebeya.
El inicio de una bella historia de amor real, que desde ese momento quedo grabado ante las mirada de los presentes, y plasmado en fotografías, durante aquel baile de discoteca, en el que el grupo ABBA se inspira, y regala la canción «Dancing Queen» a Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, para celebrar su historia de amor real, y que además la que cantaron directamente para ellos la noche anterior a su boda ante 200 invitados.
De los regalos más significativos que recibieron ese día inolvidable los reyes de Suecia. Convertido en himno para ellos, un tema que se hizo famoso a nivel mundial, y que actualmente las nuevas generaciones, lo marcan en sus «play list» entre los favoritos.
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