La moda mantiene el espíritu optimista y apuesta por el color, el exceso, las superposiciones y las siluetas poderosas, además de jugar a cubrir y esconder la piel.
El corsé, prenda que mejor simboliza la opresión y la emancipación de la mujer, vuelve a estar de moda esta temporada.
El chaleco sastre, que tuvo sus orígenes en el armario masculino, está ahora de moda, pero fue la actriz Marlene Dietrich quien realmente inició la tendencia en los años 20.
Y si se habla de color, el rosa es el capitán. Se lleva en toda su gama cromática.
Detectar tendencias cada vez resulta más complicado. Se lleva todo. Desde los volúmenes a los brillos, pero siempre con aire festivo y optimista.
En el imaginario colectivo reina el pantalón vaquero, las camisetas y las deportivas, piezas que se admiten infinidad de combinaciones y se convierte en comodín para lucir con piezas de más carácter como el corsé o la minifalda.
En una sociedad cansada de referentes, se apuesta por prendas con personalidad, libertad y osadía como el corsé, pieza histórica en el armario de María Antonieta.
Prenda que mejor simboliza la opresión y la emancipación de la mujer, vuelve a estar de moda esta temporada, se convierte en el mejor aliado del empoderamiento femenino.
Este clásico diseño de ballenas y cordones con el que ajustaba su cintura Scarlett O’Hara en la película «Lo que el viento se llevó», ha cautivado a las casas de moda que lo presentan de mil formas diferentes.
En tiempos en que el feminismo invita a la liberación surge esta tendencia incoherente que, aunque provoca aprietos literales, brilla en cualquier sitio, bien sea la oficina, tomando una copa o posando sobre una alfombra roja.
Bien es cierto, que el corsé nunca se ha ido del todo. En la década de los 70, la británica Vivienne Westwood lo recuperó y pasó de ser prenda de interior a exterior, eso sí envuelta en un halo reivindicativo, transgresor y «punk».
Desde las creaciones de Tom Ford a las de ManéMané, Versace o David Koma, todas alaban el gusto por marcar cintura, una moda en la que mucho tiene que ver la serie de televisión «Los Bridgerton».
El CHALECO SASTRE Y EL ESTILO PREPPY.
El chaleco sastre, que tuvo sus orígenes en el armario masculino, está de moda ahora, pero fue la actriz Marlene Dietrich quien realmente inició la tendencia en los años 20.
En la década de los 50, las «Teddy Girls» también adoptaron junto con americanas y pantalones y años después, Yves Saint Laurent revolucionó el armario de la mujer con el mítico esmoquin y los trajes de chaqueta con chaleco incluido.
Ahora, vuelve el chaleco al estilo Kate Moss y se convierte en un gran aliado de estilo de otoño y se reinventa con colores y detalles.
Al igual que el pantalón vaquero y la camiseta, la sudadera «oversize» se consolida como prenda para todo. La idea es elegir entre las colecciones masculinas o las versiones unisex porque se llevan en formato XL.
El chaleco de punto, la minifalda de tablas, el jersey sobre los hombros, la americana, la corbata, la gorra o el zapato mocasín combinados con prendas más contemporáneas y opuestas como el pantalón vaquero «jean» crean el nuevo estilo «preppy», también llamado pijo, moda que nunca se fue, y que ahora firmas como Miu Miu, Chanel o Gucci lo sitúan en todo lo alto con un nuevo aire.
Las hombreras añaden un plus al estilismo como se ha visto en las colecciones de Dolce & Gabbana o Prada, firmas que las añaden a los trajes de sastre, abrigos de lana y también en prendas de algodón.
EL VESTIDO CAMISETA.
Más conocido como «T shirt dresses», el vestido camiseta, es una opción cómoda para vestir. Una moda que puede que se inspire en el vestido camiseta rojo que Madonna elevó a la categoría de símbolo, una prenda que surgió de la colaboración entre Adidas y la diseñadora Laura Whitcomb de Label NYC en 1993.
La pasarela confirma que la camiseta alargada hasta la rodilla (o por debajo de ella) está de moda, basta recordar los desfiles de Dior o Fendi, así como las propuestas con estampados multicolor de Burberry o los vestidos camiseros de Imitation of Christ.
La manga corta y el cuello redondo, rasgos identificativos de la prenda, no se pierden, «al contrario, se refuerzan con detalles y nuevos volúmenes para otorgar mayor personalidad», explica a Efe-Reportajes la estilista Pepa Fernández.
Desde que la cantante española Rosalía lanzara su disco «Motomami», su estética futurista, compuesta por cazadora de cuero, pantaloncitos cortos, monos, minifaldas, botas altas, chalecos y gafas retro, está en auge. Dominnico, Dior y Balmain son algunas de las referencias.
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Y si se habla de color, el rosa es el capitán. Se lleva en toda su gama cromática desde el rosa bebé al rosa chicle con especial atención al fucsia. Un tono al que le ha rendido tributo Pierpaolo Piccioli en el último trabajo para Valentino.